El prodigio culmina con un rescate audaz y un giro desafiante. La enfermera Lib salva a Anna dándole una nueva identidad, y la película rompe la cuarta pared para recordar a los espectadores su naturaleza ficticia.
El prodigio, dirigida por Sebastián Lelio, es un drama psicológico cautivador. Protagonizada por Florence Pugh, investiga temas de fe, ciencia y narración. El final de la película es tanto dramático como reflexivo, dejando a la audiencia con mucho en qué pensar.
Resumen de la trama
Ambientada en la Irlanda de 1862, El prodigio sigue a la enfermera Lib Wright, interpretada por Florence Pugh. Ella es enviada a un pueblo rural para observar a Anna O’Donnell, una niña de 11 años que afirma sobrevivir sin comer. La familia de Anna y la Iglesia Católica local creen que es un milagro, viviendo del «maná del cielo». Lib, una firme creyente en la ciencia, es escéptica y está decidida a descubrir la verdad.
A medida que Lib aísla a Anna de su familia, descubre un secreto perturbador. La madre de Anna la ha estado alimentando en secreto pasándole comida masticada a través de besos. El ayuno de Anna es una forma de penitencia, ya que cree que salvará el alma de su hermano fallecido del infierno. Este hermano la había abusado sexualmente, añadiendo una capa oscura a la historia (Town and Country).
La cuarta pared y el encuadre moderno
El prodigio utiliza una técnica narrativa única al romper la cuarta pared. La película comienza con una toma de un gran set de almacén lleno de equipo de filmación. Esto recuerda a la audiencia que están viendo una historia construida. Este dispositivo de encuadre se revisita al final, donde se revela nuevamente el set de filmación. La narradora, Kitty O’Donnell, vestida con ropa moderna, se dirige directamente a la audiencia (Screen Rant).
Esta técnica sirve múltiples propósitos. Enfatiza la exploración de la película sobre el poder de la narración y la creencia. Al recordar a los espectadores la naturaleza ficticia de la historia, la película los invita a reflexionar sobre las narrativas que eligen creer. También crea una meta-narrativa que cuestiona los límites entre la ficción y la realidad. Esto insta a la audiencia a considerar las implicaciones de la fe, la ciencia y las historias que nos contamos a nosotros mismos (Town and Country).
El plan de Lib para salvar a Anna
A medida que avanza la película, Lib se desespera por salvar a Anna de su autoimpuesta inanición. Después de descubrir la verdad sobre las acciones de la madre de Anna y las razones detrás del ayuno de Anna, Lib idea un plan para rescatarla. Durante una misa a la que asiste la familia de Anna, Lib secuestra a Anna. La convence de dejar que «Anna» muera y renazca como «Nan», una nueva identidad libre de las cargas de su pasado.
Lib esconde a Anna cerca de un arroyo y regresa a la casa, incendiándola para cubrir sus huellas. Les dice a los sacerdotes que Anna murió en el incendio. Una monja insinúa más tarde que sabe la verdad pero que guardará el secreto de Lib (Decider).
Temas de fe, ciencia y narración
El prodigio está profundamente arraigada en la tensión entre la fe y la ciencia, así como en el poder de la narración. Lib representa la perspectiva racional y científica, mientras que la familia de Anna encarna el fanatismo religioso. La narrativa de la película desafía a la audiencia a considerar sus propias creencias y las historias que eligen aceptar.
Las rupturas de la cuarta pared y el dispositivo de encuadre moderno subrayan aún más este tema. Piden a los espectadores que reflexionen sobre la naturaleza de la creencia y el impacto de las historias en sus vidas (CNET).
Recepción crítica
El prodigio ha recibido elogios por su ambiciosa estructura narrativa y las actuaciones de su elenco, particularmente Florence Pugh. Los críticos han destacado la capacidad de la película para equilibrar el realismo y el melodrama, creando una atmósfera convincente e inquietante. La banda sonora de Matthew Herbert y la cinematografía de Ari Wegner también han sido elogiadas por mejorar el tono inquietante y desafiante de la película (Roger Ebert).
Sin embargo, algunos críticos han señalado que las técnicas narrativas no convencionales de la película pueden ser polarizantes para los espectadores. Las rupturas de la cuarta pared y el dispositivo de encuadre moderno, aunque innovadores, pueden verse como un distanciamiento del núcleo emocional de la historia. A pesar de esto, El prodigio ha sido aclamada por su exploración de temas intrincados y su capacidad para provocar una profunda reflexión sobre la naturaleza de la creencia y la narración (Collider).
Conclusión
El prodigio desafía a su audiencia a involucrarse con su narrativa en múltiples niveles. A través de su uso innovador de la cuarta pared y el dispositivo de encuadre moderno, explora el poder de la narración y la tensión entre la fe y la ciencia. El final de la película, con el audaz plan de Lib para salvar a Anna y el recordatorio final de la naturaleza ficticia de la historia, deja a los espectadores con mucho en qué pensar sobre las historias que eligen creer y el impacto de esas historias en sus vidas. Como una película desafiante y visualmente impactante, El prodigio se destaca como una contribución significativa al cine contemporáneo.