The Good House termina con Hildy Good aceptando su alcoholismo y decidiendo buscar ayuda. Esto marca un giro esperanzador en su viaje.
The Good House, una comedia dramática de 2021, protagonizada por Sigourney Weaver como Hildy Good, una exitosa agente inmobiliaria y alcohólica funcional. Ambientada en el pueblo ficticio de Wendover, la película explora temas de adicción, negación y redención. Vamos a profundizar en el final de la película y sus significados más profundos.
Las Luchas de Hildy
Hildy Good es una agente inmobiliaria en Wendover, un pueblo en el que ha vivido toda su vida. A menudo menciona con orgullo y humor su descendencia de una bruja de Salem. A pesar de su éxito, Hildy lucha contra el alcoholismo, un problema que niega. Su vida comienza a desmoronarse a medida que enfrenta desafíos personales y profesionales. Su relación tensa con sus hijas y sus sentimientos por su antiguo amor, Frank Getchell, añaden a su tumulto.
La película retrata a Hildy como una alcohólica funcional. Usa el alcohol para lidiar con traumas no resueltos y dolor emocional. Su negación de su problema afecta sus relaciones y su vida. La película también toca la ignorancia generacional sobre la salud mental y la adicción. La generación de Hildy ve buscar ayuda como una debilidad. Esta mentalidad es clara en sus interacciones con sus hijas, a quienes mantiene a distancia para evitar enfrentar sus problemas.
La comunidad unida de Wendover juega un papel crucial en la narrativa. Los secretos del pueblo, las infidelidades y las dinámicas sociales añaden tensión entre la persona pública de Hildy y sus luchas privadas.
El Incidente Clímax
El clímax involucra a un niño local que desaparece. Este evento obliga a Hildy a confrontar su alcoholismo. A lo largo de la película, Hildy experimenta apagones, que ella llama «jackpots». Estos apagones causan ansiedad para ella y la audiencia, planteando la pregunta de si podría ser responsable de la desaparición del niño (Variety).
El punto de inflexión llega cuando Hildy se da cuenta de la magnitud de su problema. Los críticos describen el clímax de la película como manipulador, pero sirve para sacudir a Hildy de su ilusión de que tiene todo bajo control. Este momento es crucial para su desarrollo de personaje. La obliga a reconocer su adicción y su impacto en su vida y en los que la rodean (The Wrap).
Regresando a Rehabilitación
En las escenas finales, Hildy decide regresar a rehabilitación. Esta decisión significa su aceptación de su alcoholismo y su disposición a buscar ayuda. La resolución es tanto esperanzadora como realista, reconociendo la naturaleza continua de la recuperación. La película termina con una nota de redención, con Hildy dando los primeros pasos para reconstruir su vida (Fugitives).
Recepción Crítica
La actuación de Sigourney Weaver como Hildy Good ha recibido elogios generalizados. Los críticos destacan su capacidad para aportar profundidad y matices al personaje, haciendo que el viaje de Hildy sea convincente y relatable. La interpretación de Kevin Kline como Frank Getchell también recibió críticas positivas, aunque algunos críticos sintieron que su papel estaba subutilizado (ABC News).
Estilo Narrativo
El uso de la narración rompiendo la cuarta pared en la película ha sido un punto de controversia. Algunos espectadores apreciaron el compromiso directo con la audiencia, mientras que otros lo encontraron derivativo de Fleabag. Esta elección narrativa, sin embargo, proporciona una visión de las luchas internas de Hildy y su perspectiva poco confiable (High on Films).
Recepción General
En Rotten Tomatoes, The Good House tiene una calificación de aprobación del 73% basada en 78 reseñas, con una calificación promedio de 6.1/10. El consenso de los críticos dice: «The Good House cruje en algunos puntos, pero con Kevin Kline y Sigourney Weaver ofreciendo actuaciones sólidas, está lejos de ser una casa en ruinas» (Rotten Tomatoes). En Metacritic, la película tiene una puntuación de 62 sobre 100 basada en 16 reseñas, indicando «críticas generalmente positivas» (Wikipedia).
Conclusión
The Good House explora temas intrincados de adicción, negación y redención a través del viaje de Hildy Good. Aunque la película tiene sus fallas, particularmente en su estilo narrativo y ritmo, está anclada por sólidas actuaciones de Sigourney Weaver y Kevin Kline. El final, donde Hildy reconoce su alcoholismo y decide buscar ayuda, proporciona una resolución satisfactoria y esperanzadora. A pesar de las críticas mixtas, The Good House ofrece una mirada conmovedora a los desafíos de la adicción y la importancia de enfrentar los propios demonios.
